En una nueva
muestra de su talento para legislar aposentados en la ignorancia, los
dirigentes de este país han decidido incluir al yoga entre las prácticas
deportivas para poder regular sus actividades, haciendo gala de un doble
desconocimiento: considerar su práctica una profesión sin más e incluirla entre
las prácticas físicas y deportivas. Esta ignorancia supina, presuntuosa, desmedida,
casi inconcebible, explica la situación ya no sólo de este país sino de la sociedad
neoliberal, con una élite inculta y grosera hasta límites inauditos.
El yoga
constituye uno de los fundamentos del hinduismo y del jainismo, además de
utilizarlo varias líneas del budismo, lo cual quiere decir que tiene una función
religiosa; su objetivo es integrar los diversos elementos del ser y
canalizarlos hacia la modalidad más elevada de existencia (yoga quiere decir
unión), con unas técnicas que liberan energías místicas, como mínimo según sus
teorías, maestros y como han de experimentar sus practicantes. (Si tal cosa
sucede o no se trata de otro debate).
Buena parte de
los ejercicios de yoga que he practicado durante años han consistido en
actividades tan deportivas como estar sentado, regular la respiración y
observar el flujo de pensamientos (raja yoga), estudiar textos teóricos sobre
la cuestión (gñana yoga), seguir una dieta adecuada a la práctica, o escoger a
conciencia los actos a realizar (karma yoga).
Vamos, que España sigue innovando. Considerar el yoga como un deporte o una actividad profesional resulta equivalente a que consideren las procesiones de Semana Santa como competiciones de atletismo porque se camina por un circuito cerrado. Pero bueno, gracias a los legisladores españoles ahora maestros del yoga como Ramana Maharshi, Sivananda o Paramhamsa Yogananda al menos en España, a Cristiano Ronaldo o a Messi.
Ramana Maharshi |
Paramhamsa Yogananda |
Sivananda |
No hay comentarios:
Publicar un comentario