Esperit de la missatgeria

«Había comenzado el período de Siva el Restaurador. La restauración de todo lo que hemos perdido», Philip K. Dick, Valis.

lunes, 21 de marzo de 2011

L'home de la sorra (5)

Al seu recomanable estudi Lo siniestro Freud procura solucionar alguns dels enigmes psicològics suscitats per allò sinistre. Les seves propostes converteixen la cita a la pèrdua dels ulls del petit Nataniel en una por a la castració. Pel que fa a l’home de la sorra Coppola, actua com doble negatiu del pare, una imago invertida de la figura paterna.
Freud afegeix una petita experiència que serveix de mostra del to freudià i que dóna molta informació sobre el propi psicoanalista:


«El factor de la repetición de lo semejante quizá no sea aceptado por todos como fuente del sentimiento en cuestión. Según mis observaciones, en ciertas condiciones y en combinación con determinadas circunstancias, despierta sin duda la sensación de lo siniestro, que por otra parte nos recuerda la sensación de inermidad de muchos estados oníricos. Cierto día, al recorrer en una cálida tarde de verano las calles desiertas y desconocidas de una pequeña ciudad italiana, vine a dar a un barrio sobre cuyo carácter no pude quedar mucho tiempo en duda, pues asomadas a las ventanas de las pequeñas casas sólo se veían mujeres pintarrajeadas, de modo que me apresuré a abandonar la callejuela tomando por el primer atajo. Pero después de haber errado sin guía durante algún rato, encontreme de pronto en la misma calle, donde ya comenzaba a llamar la atención: mi apresurada retirada sólo tuvo por consecuencia que, después de un nuevo rodeo, vine a dar allí por tercera vez. Mas entonces se apoderó de mí un sentimiento que sólo podría calificar de siniestro, y me alegré cuando, renunciando a mis exploraciones, volvía a encontrar la plaza de la cual había partido. Otras situaciones que tienen en común con la precedente el retorno involuntario a un mismo lugar, aunque difieran radicalmente en otros elementos, producen sin embargo la misma impresión de inermidad y de lo siniestro.» (Sigmund Freud, Lo siniestro, Ed. López Crespo, pp. 38-39)
El pare del psicoanalisme va posar en circulació de nou molts conceptes hermètics, retirats de la circulació humanista pels il·lustrats més racionalistes: el poder dels somnis, les forces anímiques, l’influx de les figures mitològiques, l’inconscient i el subconscient. Ara bé, tot aquest material anímic s’interpretava a l’inrevés per una de les figures més perfectes de l’home burgès, emmotllant la seva recerca als criteris racionalistes d’un bon pater familias (aquest sensacional mujeres pintarrajeadas), una mentalitat que ja donava senyals de fer fallida i que acabaria sucumbint davant del poder matusser de dos guerres mundials i de l’esclat dels seixanta.
Sigui com sigui, el seu estudi d’allò sinistre continua sent una fita.

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