Esperit de la missatgeria

«Había comenzado el período de Siva el Restaurador. La restauración de todo lo que hemos perdido», Philip K. Dick, Valis.

domingo, 12 de septiembre de 2010

L'hereu de Bronstein a la literatura

L'amic Iván Humanes, escriptor i cartografiador literari, ha tingut la gentilesa de comentar un assaig meu on relaciono a Kafka amb Tarkovski en clau fantàstica. Ja vaig escriure de l'Iván per recomanar la seva novel·la La emboscada i el seu blog Últimas palabras (http://ivanhumanes.blogspot.com/), precisament encapçalat amb un fotograma de la tarkovskiana Stalker.
Copio el seu comentari al meu assaig:

«Si algo tiene de positivo Internet es la posibilidad de encontrar afinidades que en otras condiciones sería complicado o imposible establecer. En estos días he tenido la suerte de poder leer El poder de la debilidad, de Roger Ferrer Ventosa (su blog tiene por título El missatger). Una de esas afinidades de las que hablo. Éste es un breve ensayo donde se aborda la novela El proceso de Franz Kafka y el film Stalker de Andrei Tarkovski bajo el objetivo de su estudio y comparación. Todo en él es nutritivo y original. Desde la definición del género fantástico y neofantástico que el autor establece sirviéndose de la obra de Todorov hasta las conexiones, unas evidentes y otras no tanto, entre las obras de Kafka y Tarkovski. La aceptación de una realidad propia de un cosmos personal y que atiende a la calificación de insólito desde el principio de Kafka, contrasta con la “meditación guiada” y la singularidad del hermetismo donde “un grupo de iniciados se atreve a ir a la fuente del conocimiento” de Tarkovski. En ambos coinciden el “signo y el símbolo”, “la convocación de lo insólito” y el mundo espiritual, “símbolos entendidos con sustancia”. Diría yo que también la existencia de un código elevado y desconocido, interpretable únicamente por ciertos hombres. El poder aplastante de lo que no puede comprenderse. Lo que más me ha interesado del ensayo, por su conexión con los autores, ha sido la relevancia de la física cuántica en esa visión del Otro Mundo, así como las “especulaciones escritas en los Upanishads indios o las visiones de las chamanes”, y la debilidad como fuerza del Tao Te Ching, correlatos clásicos de esas descripciones cuánticas. Como bien indica Roger Ferrer Ventosa, no todo son semejanzas, lógicamente. En Kafka “prima la extrañeza, lo insólito, la desterritorialización” y en Tarkovski “destaca lo mágico, la maravilla, lo misterioso”. Pero sí que impulsa las obras el sentido hermético y la alusión, la búsqueda. Me gustaría acabar con una de las conclusiones del autor: “Los dos han ido al epicentro de la experiencia vital para ver qué esconde allí adentro. El resultado de sus pesquisas varía pero no resulta incompatible: Kafka nos ha mostrado la sinrazón social y las facetas insólitas que esconde el mundo; por su parte, Tarkovski nos ha enseñado la necesidad de unos valores y de no perder la esperanza”. Con la esperanza de que se difunda este breve ensayo de Roger Ferrer Ventosa va una de las secuencias más conocidas de Stalker, sobre el sueño.»


Solament afegir un desig: que l'Iván s'acabi convertint en el Bronstein de la literatura.
A continuar pels camins hermètics, Acechador.

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