Esperit de la missatgeria

«Había comenzado el período de Siva el Restaurador. La restauración de todo lo que hemos perdido», Philip K. Dick, Valis.

domingo, 21 de abril de 2013

El hilo de terciopelo (Herederos de la estética de Venus in furs, 6/6)


Desde entonces, el interés por la sexualidad sadomasoquista ha ocupado un generoso lugar en el discurso mayoritario institucional. Un hilo (de terciopelo) conecta la estética sadomasoquista en la hieraticidad de la imagen de la Velvet, protegidos sus componentes por gafas de sol, el látigo de Malanga y los pantalones de cuero y los collares con tachuelas para perros del punk. O ejemplos sonoros que parten de la «Venus in Furs» de la Velvet, sigue con los herederos Iggy Pop y los Stooges, con su «I wanna be your dog», para pasar a la versión que hicieron los españoles Parálisis Permanente en clave de rock siniestro after punk.

Pero a partir de finales de los ochenta este entramado de sensibilidades todavía subterráneas para el gran público pasa a ser modo institucional mayoritario, El sadomasoquismo ha acabado entrando dentro de la lógica del capitalismo posmodernista, material de pornografía variada (soft, hardcore) y de renovación del vestuario a la moda, como ya acertaron a ver en la propia Factory o Malcom McLaren para los Sex Pistols. La aceptación de la estética sadomasoquista a través de la narcisista y hedonista cultura de club, con Madonna como espoleta, demuestra un gran cambio social, incrementado con la masificación del sentimiento gótico representado por Marilyn Manson y su versión rebajada la carga subversiva de Lady Gaga, limadas las puntas de lo que tenía el sadomasoquismo de liberación de las costumbres en un sentido de apertura de nuevas maneras de relacionarse y de practicar la creación continua, según lo interpretaba Michel Foucault en una entrevista incluida en Estética, ética y hermenéutica. Obras esenciales Vol. 3.
Los creativos de la Velvet Underground iban más en este sentido de experimentación que con un negocio tardocapitalista potenciando el hedonismo del consumidor. Han sido necesarios 50 años para que la intuición del grupo, su uso de la sexualidad masoquista como motivo de inspiración, alcance la cultura mayoritaria, sin todavía perder potencia en una esfera más underground, o cuanto menos indie –el tema se repite por ejemplo en varias ocasiones en Last days (Gus Van Sant, 2005)–. Es decir, que sigue siendo relevante para reflejar cierta atmósfera y como exploración de nuevas formas de concebir lo humano. 

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